miércoles, 6 de junio de 2012

Largoplacear : La alta rentabilidad de los valores

Aún es posible palpar con el sentido del tacto de la memoria, las aportaciones de Góngora o Quevedo, en favor de acrecentar al castellano y sus ensanches. Y hoy , a niveles de crecimiento exponencial en cambios que la sociedad  goza, aqueja o a fin de cuentas, experimenta, continúa incidiendo de natural manera y efecto inevitable, esta inflación lingüistica. Wasapéame para ver como quedamos, acabo de tuitearle, mañana mensajéales antes de que olviden, y así , de una forma u otra,  nos vamos hinchando , y adaptándo el lenguaje al ritmo que la sociedad camina, o hace futin.

Y es aquí, en este escenario de propuestas indirectas que polinizan nuestro departo y germinan  , mas tarde en aceptaciones de autoridades competentes y estudiadas , donde arrojo una semilla, atendiendo a  quien conoce las propuestas de Nietzsche : Largoplacear.

Yo largoplaceo, tu largoplaceas, el/ ella  largoplacea, nosotros largoplaceamos, ellos largoplacean, todos largoplacean. Larali. Larala.

Largoplacear, a mi mancebo juicio de intenciones que el tiempo sabrá recolocar, implica vislumbrar en toda decisión, acción, movimiento, su repercusión y efecto a largo plazo, de tal modo que faculte al realizador de tal actividad, elegir, discriminar , optar de entre las alternativas, la que más optimice su acto, en el largo plazo.


En realidad, cada decisión, como taxistas de la vida que somos, eligiendo en cada momento los caminos y recorridos  a fin de llegar a nuestro destino ,  se adopta desde un mecanismo de discriminación ; que es a su vez  un impulso cuyo motor, turbina , o empuje, ha sido diseñado por experiencias adquiridas, nuestra educación y la cultura que la sociedad injertó en una parte importante del conjunto de nuestra  sinapsis neuronal. Variables, ya lo dije, determinantes en la configuración social y el erigimiento de una cultura.

De tal manera, que , sin pretender corromper tratados unánimes de la antropología , y con la misma buena intención que tuvo Margaret Mead en su época, me atrevo a realizar un contraste no concluyente del comportamiento de distintas tipologías de decisión.

Imaginemos a tres individuos, cuyos comportamientos han sido moldeados o maleados , según el criterio que se eliga para prejuzgar, en tres ámbitos o ecosistemas sociales diferentes :


a) Mecklemburgo- Pomerania Occidental, norte de Alemania
b) Delhi, la India
c) Chagan, Corea del Norte


Y una acción, la cual posee, de manera secuencial, una reacción. Alguien deja caer un envoltorio de unas galletas al suelo, en la plaza de sus respectivas ciudades. Directa y en vivo , prescencian tal acción desposeída de higiene pública, de la cual pasan de ser meros espectadores, a formar parte de un rápido proceso decisional sobre como reaccionar , introduciéndose involuntariamente en el campo o círculo de aquella acción.

La reacción obviamente, será distinta en los tres, y en cada uno de ellos. El efecto producido en sus métodos de reacción, en su percepción de lo que se denomina " causa-efecto" es poseedora de singularidades construidas por  su vinculación a ese efecto, y por el protagonismo social  que sientan tener en tal acción.

El análisis que por consiguiente, pretendo realizar, es que las sociedades , en el crucial estadio de establecer estrategias políticas que impregnen en la manera de decidir sobre sus individuos, han de procurar manejar ese " largoplacismo" social en las decisiones que tomen sus ciudadanos , y sus efectos.

Si se realizan demostraciones que prueben  que determinados comportamientos individuales revierten colosalmente en un escenario completamente distinto a otro, podrán conectar directamente con la motivación de cada uno de sus integrantes , en aceptar tales patrones de comportamientos como válidos o inválidos .


El ciudadano alemán medio, entiende que tal acto  , en principio sólo censurable desde la ética se la salud pública de las calles, implica a largo plazo la inconvivencia y ausencia de salubridad peatonal , tanto si es a nivel puntual-  que caiga un envoltorio , no va a matar a nadie- como global- si lo hace uno, lo hace otro, y otro , y otro, y esto tambien hace de vertedero de envoltorios.

La autoridad educativa, deberá mostrar el efecto de dicha decisión. No imponer ni obligar ni amedrentar. Obligar por la fuerza o por la disciplina, nos diría nuestro amigo norcoreano, sume a la docilidad desde el miedo, sin que ello sea una decisión. La exposición como algo que " se debe hacer " , planteada  carente de una motivación causal, cojeará siempre , dado que el proceso decisional requiere, como el fuego el oxigeno, de una motivación, de un porqué supremo que sustente. Nadie , que hasta ahora conozco, hace nada por que sí, ni aquí ni en los slumdogs de Bombay.

 A nivel cotidiano, largoplacear nuestras decisiones, en todo ámbito, definiendo de acuerdo a cada uno de nuestros objetivos, es más que una herramienta empresarial definida en  los planes estratégicos de las grandes corporaciones ( Google, Mitsubishi, Inditex o ) o la quema de las embarcaciones por Hernán Cortés tras llegar a México.Decisiones estratégicas ( que están destinadas a afectar a todos los estratos de la organización) . Sirve también para abordar , y rodear , con eficacia  y eficiencia, la toma de decisiones en un horizonte temporal, aunque caresca ello de resultados inmediatos.

Reflexionar sobre la rentabilidad a largo plazo de cada una de nuestras decisiones, condicionará de la mejor manera que existe, el trato que hagamos a los recursos, para llegar a nuestro fin.

Verás que, como decía la canción, el tiempo pone siempre todo, en su lugar.

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